21 Dic ¿Qué es la moda del No-Logo?
Las marcas han confiado durante muchos años en la estrategia esencial para dar valor a sus productos: el logo. Llevar un polo con el cocodrilo de Lacoste o un bolso con las siglas LV eran sinónimo de estatus, de estilo, de prestigio: la gente pagaba por llevar ese logo bien visible.
Parece ser que hoy todo está cambiando: los jóvenes actuales parecen dar preferencia a las prendas que carecen de logo y las marcas han de adaptarse a la nueva situación. Hay ejemplos de ello: Abercrombie se vio forzada a prescindir de su famoso alce, Michael Kors ha cambiado el diseño de sus bolsos para incluir menos «MK», reucuperando así las ventas, y Gucci también ha apostado por logos menos visibles.
Según un informe de Goldman Sachs, los consumidores jóvenes prefieren ropa sin logos de ningún tipo, y se trata de una tendencia que va en alza. Además, los distintitivos de prestigio han ido desplazándose hacia el sector de la tecnología: comprar el celular de moda puntúa más alto que comprar prendas de marcas de lujo. De esta forma, los millennials están cada vez menos dispuestos a gastar grandes cantidades de dinero en moda.
¿Los jóvenes son menos marquistas?
Lo son de una forma diferente. Premian a aquellas marcas que consideran útiles, valorando especialmente el diseño y la funcionalidad, reivindicando las «gangas» y aspirando a productos que se salgan de lo corriente. Eso sí, están tan dispuestos como sus predecesores a establecer relaciones de identificación con las marcas, solo que la exclusividad la entienden de manera distinta.
Esta nueva realidad se la conoce como la «fatiga del logo» y puede tener muchas causas diferentes. Desde los cambios en los hábitos de compra a los propios cambios sociales, donde hacer ostentación de logo se puede comenzar a ver incluso como algo vulgar. El logo ha pasado de ser un incentivo para la compra a convertirse en un factor perjudicial para la misma.
No-logo: la última tendencia en branding de marcas
Esta «fatiga del logo» queda reflejado en el «no-logo». La marca deja de ser representada únicamente por su logo y transmite su identidad a través de la imagen corporativa: color, patrones, formas, texturas, servicio, actitud…
Esta tendencia del no-logo hace que los profesionales del diseño se centren en todos los aspectos relacionados con la marca, y así, construyen una historia mucho más duradera y exportable a otros formatos. Algo que no solo está ocurriendo en el sector de la moda, sino en muchas otras industrias.
Fuente: Puro Marketing
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